martes, 21 de mayo de 2013

... Vila Real

Imaginarse la vida miles de años atrás...  Porque esta capital de distrito de casi 25.000 habitantes. Crecida en un altiplano situado en la confluencia de dos ríos,  Corgo y  Cabril.  Con la Serra do Alvão de fondo. Que fue conocida como "A Corte de Trás-Os-Montes" por el elevado número de casas con escudos que tenía.  Una de las ciudades portuguesas con más tradición en el deporte automovilístico, celebrando carreras urbanas desde 1931.  Posee indicios de haber sido habitada desde el paleolítico...  


El jueves día 16 alrededor de la una de la tarde, como ya dije en el anterior "post", conseguí nuevamente "Passar por entre os pingos da chuva" y llegar a Vila Real sin mojarme.  Ese día decidí darme un homenaje y comer, no en un restaurante de cinco tenedores pero si comer de lujo, por fin probé el "frango grelhado", sin duda después del esfuerzo a toda mecha cuesta arriba desde Peso da Régua este era el mejor de los premios, bueno, ese fue uno de ellos, el otro, ver llover tras el ventanal  ;)

Anibal, mi anfitrión "vila-realense" de adopción, dibujante de mapas de los canales de agua, (clik)  fotógrafo  por afición, ahí le tuve a mis "órdenes" haciendo las fotos en mosaico, quedaron chulísimas, bueno, que me pierdo.  Como hasta las cinco y media de la tarde no me podía recibir, me mudé del restaurante a una pastelería, jajajaja, que había al lado y que disponía de red wifi...   No, no es que me equivocara de calle o de número, por lo visto en ciertas ciudades de Portugal, es complicado dar con el lugar exacto porque existan dos números de vivienda iguales, la calle haga un giro, o se corte, etc... para después continuar, y cosas así de raras, él me dijo que el tema del correo es complicado, como sucedió en Covilhã, le dije, donde nadie conocía la calle, incluso me llegaron a decir que no existía, y estaba al lado... !!   Después del trabajo se acercó hasta el  bar/pastelería ñam ñam... donde le esperé, y fuimos, él en coche y yo pedaleando, hasta su casa.  Menos mal que vive en un primer piso porque en el ascensor no cabía la bici ni sin las alforjas, arquitectos... qué poquita consideración por los "biciclistas".  Esa tarde nos quedamos en casa, yo lo agradecí, y aparte, después de una semana de calor, el tiempo no era el apropiado para pasear.  Si no fuera porque el viernes vi las noticias y aquí hacía un frío y un viento invernal, no creería que, cuatro días después de cocerme subiendo la Serra da Estrela, nevara por allí arriba...  Retrasar la llegada al norte fue todo un acierto.

El sábado recorrimos en coche, calentitos  :)  A Serra do Alvão,  situada al noroeste de la ciudad y dentro del Parque natural con el mismo nombre, precioso y lleno del sosiego que ofrece la naturaleza cuando se da en espacios rurales, casi despoblados.  Ahí, la Mama Natura, un libro abierto para todos los ojos.

Hizo tanto frío, viento y lluvia, que durante el fin de semana casi no hicimos otra cosa que cocinar, y  por tanto, comer, probar las típicas "Cristas de Galo de Vila Real", la famosa y copiosa "Francesinha", la que, había tanta gente esperando en el restaurante, que volvimos la tarde del día siguiente...  La décimo octava tortilla de patatas, jajajjaja, hasta sacamos de internet la receta de la paella valenciana y Anibal la preparó, todo estuvo de rechupete.  Hablamos por los codos, o hablé :) ???  Vimos películas... ZzZzZz.   Un paseo bajo la lluvia por el centro de la ciudad para tomar café y ver los alrededores.  Asistimos a un concierto en el teatro de un Palacio transformado en local cultural,   Abc/da Cultura.  Fue un lujazo ver a la banda  House Of Trees en una pequeña sala y con apenas 10 personas como público, tal vez síntoma de que aún no sabemos sacarle partido a la cultura gratuita, o casi gratis, oferta hay...

El fin de semana aquel que pasé con mis compis de clase aproveché para que se llevaran de vuelta a León algunas cosas de las cuales ya podía prescindir, así que sólamente me quedaba un pantalón... y se le rompió la cremallera, ups!! Cuando estábamos paseando por el centro de la ciudad entramos en un centro comercial, no de los de aspecto de nave espacial como los de ahora, sino en uno de los años 80 en el centro de Vila Real.  Allí encontré un establecimiento de arreglos de ropa regentado por una señora majísima y con ganas de trabajar.  Le expuse mi necesidad y no se lo pensó dos veces, me llevó al probador, me prestó una falda que tenía allí colgada también para arreglar, y mientras conversábamos animadamente una frente a la otra, ella, muy efectiva, cambió la cremallera, y baratísimo!!  sólamente 4 euros...  creédme que en España pagué bastante más por lo mismo  :(   GRATÍSSIMA!! 

Se supone que tenía que haber "zarpado" el lunes día 20...  Había quedado en que yo  prepararía la comida y, seguidamente, salía hacia Braga para volver a la costa y en Viana do Castelo hacer el giro definitivo hacia Bragança.  Realmente no tenía compromisos por allí, y, a pesar de que la noche anterior Anibal se tomó la molestia de mostrarme el camino, la carretera, por la que tenía que ir para pasar del Alto Douro ao Minho, mientras cocinaba, la brujulá cambió la aguja apuntando en sentido contrario y decidiendo salir un día más tarde.  Cuando él se marchó a trabajar las horas de tarde, ya que esa, mi última tarde, hacía bueno, fui a dar una vuelta al Parque que hay cerca de su casa "Jardim da Estação", que es enorme, y está muy bien.  Creo que este será el último sofá a surfear... 
Por eso agradezco la invitación que recibí de Anibal cuando yo aún pedaleaba por territorio lisboeta, entonces ni imaginaba que la ruta pasaría por Vila Real, ni siquiera una semana antes mientras estaba en Covilhã, que me empeñaba en volver junto al mar y continuar subiendo hasta Viana do Castelo, entonces recordé que alguien me había invitado al otro lado de la montaña.  Siempre que hice planes ahí se quedaron, y cuando surgieron espontáneamente salieron a pedir de boca.  

A gente vê-se, por aí...  GRATIDÃO por tudo, "urso par..."  ,:)

El único plan a partir de las 9h es que el viento soplará rumbo a Miranda do Douro, pero como dice Winnie de Pooh,  "Con las abejas nunca se sabe..." 

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