domingo, 2 de junio de 2013

... Borrando Rayas


(Clica foto para ampliar)            
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Esta raya, que separó, fue un mal sueño.  
En la raíz no tenemos diferencias, aunque los frutos sean variados.  
Y es tiempo ya de savia nueva, de unión de afanes y esperanza, para hacer florecer Europa, un mundo nuevo más humano y la paz.  
Caminante borra las rayas al andar, vive la fraternidad.
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En 1995 desaparecieron los controles de pasaporte y aduanas entre los dos países miembros de la Unión Europea, España y Portugal.   Los fundadores de lo que llegó a ser la Unión Europea declararon que los países miembros estaban "determinados a establecer los fundamentos de la unión (...) más estrecha entre países europeos".  A fin de acelerar este proceso, se eliminaron los controles fronterizos durante los años ochenta y noventa.   

De todos es sabido que para la unión de los pueblos, hay que derribar también las barreras de la mente y del corazón de las personas.

Hace aproximadamente treinta y un años, realmente hace bien poquito, mis padres viajaron con nosotros a la aldea de mi abuela en uno de los primeros Land Rover Defender...  Imaginaos, mi padre conduciendo, sí, y mi madre en el asiento del copiloto portando a mi hermano más pequeño en brazos, el resto de los, por aquel entonces, cinco hermanos, íbamos casi a granel en la parte trasera de aquella reliquia de vehículo.   Yo casi no lo recuerdo ya que apenas contaba cinco años de edad, pero mi hermano mayor cuenta que en este paso fronterizo, el mismo y con los mismos carteles de las fotografías de ahí abajo, nos tuvieron retenidos durante tres horas!!!  Antiguamente era así, se viajaba así, ále!!  todos a Marbella en el Seat Seiscientos, la gallina incluida, solo hace falta irse a alguna película de Paco Martínez Soria.   El caso es que antes no se llevaba la documentación de los hijos encima, es más, raro era el niño que tenía DNI, de manera que mis padres no podían demostrar que los niños que llevaban, con edades comprendidas entre uno y diez años, eran suyos.  Finalmente nos dejaron pasar, permitiéndonos así, por primera vez desde que nacimos, conocer a la familia que tenemos al otro lado de La Raya.


                     El miércoles día 28 la crucé sin cruzarme con nadie...

Raya ahora imaginaria...  De hombres iguales, de mundos iguales, siendo tan diferentes, tan parecidos, la vida es sabia al recordar al hombre de lujo o pobreza que no hay desigualdad al final del viaje, del vivir para morir y renacer nuevamente, todos un día despertaremos para la verdadera vida...

Porque, en definitiva, todos, cada uno a su modo, somos Quijotes cabalgando Rocinantes, luchando contra inmóviles e inútiles molinos de viento, lanzando nuestras ciegas lanzas al vacío.  Todos somos Sanchos de panzas vacías y mentes huecas, con aptitudes imponentes,  víctimas de las fronteras y los pretextos  que nos ponemos a nosotros mismos. 

1 comentario:

  1. Bonita reflexión histórica. Sigo flipando contigo.
    Abrazos nutritivos.

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