martes, 19 de febrero de 2013

... Tavira

...Al otro lado del Guadiana.

Espectante y con tal batiburrillo en la cabeza difícil de ordenar por la emoción y el ansia de pisar suelo portugués, pedalee 85km desde Huelva hasta Tavira, pueblo típico pescador situado en el Algarve Oriental  y pertemeciete al distrito de Faro.  Sus princiales fuentes económicas son  además de la pesca y la agricultura, una amplia extensión de árboles frutales, miel y corcho en "Na Serra do Caldeirão".
Y el turismo... sobretodo Na Ilha de Tavira e na Ilha de Cabanas.


Allí me esperaban dos anfitriones de lujo, Alessandre y Ana, Cicloturistas Experimentados  a los que tenía muchas ganas de conocer. Su afición a esta manera de viajar  les llevó a realizar un viaje a lomos de sus velocípedos acumulando 14 mil kilómetros en 505 días, experiencia que cambió sus vidas y la visión de éstas.

La emoción camuflaba el cansancio...  Alrededor de las tres y media de la tarde ya estaba en Tavira.  Cuando más o menos te orientas bien suele ocurrir que, por intuición, das con el sítio que buscas.  Correcto!!  entré justo por la carretera que llevaba hasta su barrio y sin GPS!!!  Después me hubiera gustado escuchar:  A 50m gire a la izquierda, de la voz femenina escogida por excelencia entre los usuarios de tal aparato, al cual se le conoce como  "Tom Tom" y se lo llamamos con segundas cuando nos equivocamos en  ruta y necesitamos culpar a terceros...  Esta vez la  "Ton Tona"  fui yo porque no logré encontrar el portal de su piso :(.   Como hasta las seis de la tarde no me podían recibir, hice lo que me sugirieron, acercarme hasta la antigua cárcel ahora transformada en biblioteca y, a la hora citada, uno de los dos iría a mi encuentro.  Una vez en la cárcel sin barrotes, fui a la búsqueda de una red wi-fi para estrenarme en ésto de la era WhatsApp y  poder enviar señales de humo a mis gentes allá en las Españas diciéndoles  que el primer día del viaje había ido bien.


Sonó el teléfono, era Alex para preguntar si había llegado y en dónde podía encontrarme... a los pocos minutos apareció en su bici, le saludé en "portuñol" y él a mí en español, fue como saludar a un amigo al que no veía desde hacía tiempo pero como si éste, el tiempo, no hubiera pasado...  un saludo cercano.
Pedaleamos dirección a su casa, mientras, yo le iba contando/explicando que me fue imposible dar con el número exacto de su portal, después comprobé que había estado a escasos metros pero como la calle hace un giro extraño, sin mucho sentido, y por ello hace creer que estás en la calle de al lado... nada grave.

Como mis alforjas son un poco de "cicloturista globera", para que cuando al pedalear no se balancearan demasiado las fijé al transportín con bridas de plástico, para que ahorrara bridas, Alex me sugirió que no las cortara... no sé cuánto pesaba la bici aquel primer día, el caso es que la subimos a pulso hasta el segundo piso.  Me mostró el cuarto donde iría a dormir y me proporcionó unas toallas para tomar una ducha.
Ana aún no había llegado del jardín de infancia en el que trabaja, mientras tanto nos acercamos al mercado de abastos de  Tavira para comprar algunas verduras para la cena.
A la vuelta del mercado pudimos escuchar a Ana hablar con un vecino mientras subíamos las escaleras, nos miramos  de reojo, yo aún  a medio camino y ella por dentro de su casa con la puerta abierta y apoyada en el marco, mientras continuaba la conversación con su vecino, nos sonreímos, jijiji, seguidamente nos abrazamos como si de toda la vida nos conociésemos, seguro que por la enorme empatía que sentíamos los tres al estar en la misma onda cicloturista, como seguro que en el transcurso de la convivencia encontraríamos más cosas en común.   Me dieron un "típico" azulejo portugués, en bruto éste, y unos lápices de colores diciéndome: dibuja lo que quieras...!!  y se pusieron a cocinar...  tuve ganas de tragar saliva sonoramente...  mientras pensé, pe pe pero, si yo no sé dibujar!!  Bueno, al final con voluntad e imaginación todos podemos plasmar en cualquier lugar con o sin paleta, a color, un pedacito de nuestro ser, a modo de pequeño poso de nuestro paso por allí, perdurable en el tiempo, minúscula huella la que al mirar, volvamos a la memoria de quienes compartieron unos días de su vida con nosotros.

Valorar a quien nos dedica su tiempo, pues es algo que jamás recuperará...

                                                
Comienza la inmersión lingüística...!!   y  yo aún con el "chip" en español, no es que me suene a chino, no, es que se me "lengua la traba" y no me salen las palabras.   Alexandre habla español, "qué daño hizo Verano Azul..." por tanto, el cerebro nos la juega tanto a él como a mí, "para a minha sorte, a Ana, apesar de também falar espanhol, dirige-se a mim na sua língua", e percebo-a muito  bem ;)   Cenamos, bebimos té y fuimos a dormir, pues era miércoles y algunos al día siguiente tenían que madrugar para ir a trabajar.

Dormí como si llevara una etermidad sin hacerlo, con sueño acumulado desde Almería porque la noche antes de viajar hasta Huelva no pegué ojo, luego en Huelva y Mazagón no descansé, y la palicilla de pedalear.
Amanecí a las 10:30h, hora portuguesa, que al igual que en las Islas Canarias, es una menos.
Aun pelín "legañosa"  deambulé hasta la habitación de al lado para dar "o bom dia" a Alex, llevaba ya algunas horas despierto, habiendo salido a correr y todo...  desayunado y, ahora teletrabajaba.
Cuando me desperezé fuimos de nuevo al mercado para comprar algo de pescado para la comida:
"Cara Pau", los de allí arriba de la foto, deliciosos, acompañados de unas migas con tomate muy ricas también.  Y estaba tan cansada y falta de sueño, que no hice nada especial el resto del día, intentar lidiar con el blog...  quién me mandaría meterme en este berenjenal...?  nadie más que yo.

Aparte del tiempo valioso en casa, lleno de conversaciones compartidos y conocimientos de alforjeros/viajeros, ideas, proyectos, opiniones diversas, música, cómo no!!  etc... El fin de semana, que es cuando ellos realmente disponen de algo de tiempo, por eso agradezco y valoro su esfuerzo entre semana para que no me faltara de nada y estuviera agustito.  El viernes, después de la cena, dimos un paseo a pie por Tavira, mostrándome su perspectiva del sitio en el que, después de su pedazo de viaje, escogieron para vivir, incluso la marca del agua (2,50m) cuando, la noche del 3 de Diciembre de 1989 y después de un día de abundantes lluvias, el río Sécua se desbordó inundando varias calles en ambas márgenes  de éste en Tavira.
Alexandre acostumbra a madrugar para salir a correr, yo, empedernida NO del deporte sino de aprovechar esos pequeños momentos de delite que la vida nos ofrece de tanto en tanto, le acompañé una mañana por las salinas y vimos "O nascer do Sol, beleza mesmo"


El segundo día aproveché para perderme por las calles de Tavira.  Estaba soleado y decidí comer junto al río.  Sólo tomé consciencia de que estaba en Portugal cuando escuchaba hablar a la gente, por el sonido de emisoras de radio que se escapaba a través de alguna ventana.  No sé por qué, pero me encantaba escuchar a la chiquillería hablar....  se les entendía tan bien en su lenguaje simple... 


Aunque algo menos, el sábado tocó madrugar para visitar "O Pego do Inferno", esta vez con perspectiva ciclista, por supuesto, finalmente tuve que quitar las bridas de las alforjas... jajaja.   Los tres recorrimos los caminos poco transitados a esas horas y en esta altura del año, sin turistas, según me cuentan, y yo les creo, que de Primavera a Otoño los alrededores de esta cascada lo que más se ve son, en conjunto, turistas y basura :-(


Del campo al mar y de la mar al plato...  También ejercímos una maãna de mariscadores  de coquinas, una árdua tarea, sí, valió la pena.   Vuelta a casa para comer, un té calentito y un ratito de relax, ZzZzZ... Después de la comida pedaleamos hasta Cacela, un pueblo que se encuentra en un enclave con vistas privelegiadas hacia "A Ria Formosa". Por la noche fuimos a cenar con la madre y el hermano de Alex y compartir las coquinas.  Ricas ricas!

     
El domingo madrugamos de nuevo para pedalear (no tienen coche, y todos sabemos que se puede vivir sin él  ¿cierto? yo tampoco vivo sin él...)  hasta Faro, mi próxima parada, yo encantada con la compañía, claro.  En Faro nos esperaba Blaise, mi anfitrión francés medio afincado allí por el trabajo.  Entre conversación y conversación Ana y Alex cocinaron unas patatas con espécias que acompañaron con ensalada, comimos todos juntos y después del dulce y sabroso postre, "pastéis de feijão" y té, llegó la hora del hasta luego...!!


"Fico imensamente feliz, satisfeita pelos maravihosos dias de convívio, bom sinal que a viagem corre bem desde o começo.   Agora posso dizer que tenho mais um irmão e uma irmã...   
Um forte abraço cheio de saudades, mas saudades boas"


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